La Rebeldía de la Procrastinación

En su esencia básica, la procrastinación es atrasar lo evidente, lo necesario y lo correcto. La procrastinación es un obstáculo común que muchos enfrentamos, especialmente cuando se trata de proyectos creativos y tareas que nos desafían a salir de nuestra zona de confort. Sin embargo, la creatividad profética trae consigo la urgencia de actuar para dar cumplimiento a un propósito divino.

Jonás sabía que debía ir a la ciudad de Ninive, capital de los asirios, y entregar un llamado a la transformación social de aquella ciudad, sin embargo, decidió que era el momento para embarcarse en la dirección opuesta. Luego de una noche tempestuosa, un linchamiento a lo Jack Sparrow y tres días en el interior de algún pez gigante, Jonás es vomitado en la costa con un olor nuevo, una gran lección y listo para realizar la tarea relegada, resultando en la transformación de la ciudad de Nínive.

Ya sea por prejuicios o por miedo, procrastinación, en ocasiones puede ser una forma de resistencia a la voz de Dios y a la acción profética que se nos ha encomendado. Es fácil quedar atrapado en el miedo al fracaso, la duda de nuestras habilidades o la comodidad de la inacción. Sin embargo, Dios nos llama a ser valientes y a confiar en su guía y provisión para la misión que nos fue asignada. Como dijo el apóstol Pablo en Efesios 2:10, “somos creación de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”.

Sea miedo o rebeldía, lo cierto es la procrastinación solo atrasa nuestro propio crecimiento, porque el propósito de Dios no depende de nuestra acción. Más bien, hemos sido invitados a concrear con el para la restauración de nuestro mundo, solo basta con dejar de procrastinar su llamado.

Sueños del Teseracto

José estaba de pie ante el faraón, en la gran sala del trono de Egipto, su mente llena de una visión clara y divina. Había pasado de ser un prisionero olvidado a un intérprete de sueños, y ahora, se encontraba frente al hombre más poderoso del mundo conocido. Cuando el faraón le pidió la interpretación de su sueño, José no solo explicó los siete años de abundancia seguidos de siete años de hambruna, sino que también presentó un plan innovador para enfrentar la crisis.

Propuso almacenar el grano durante los años de abundancia, construyendo graneros en todo Egipto. Esta estrategia, nacida de la sabiduría divina y la creatividad profética, no solo preservaría al pueblo de Egipto, sino que también lo posicionaría como una nación salvadora para las tierras circundantes.

La innovación de José no solo fue un acto de supervivencia, sino también un cumplimiento del propósito de Dios. Este acto de innovación divina es un ejemplo poderoso de cómo Dios utiliza nuestras habilidades creativas para traer cambios necesarios en la cultura. La historia de José nos enseña que, cuando permitimos que Dios inspire nuestras ideas y estrategias, podemos impactar profundamente nuestras comunidades y cumplir su propósito en la tierra.

Esas ideas que tienes de emprendimiento pudieran ser sueños divinos para el cumplimiento del propósito de Dios. Al igual que José, tus ideas innovadoras pudieran tener un impacto trascendental, llevando soluciones divinas a los problemas actuales y manifestando el reino de Dios en la tierra.

Obed Diaz Rodriguez