El término “evangelio del reino” no es casual ni genérico; es una expresión intencional que encapsula el mensaje central de Jesús. El evangelio, que significa “buenas noticias,” no se trata solo de salvación individual, sino de una transformación total que comienza en nuestra mente y se extiende a nuestras relaciones, nuestra administración de recursos y nuestra manera de vivir en la tierra. Al añadir “del reino,” Jesús clarifica que estas buenas noticias están directamente relacionadas con la restauración del dominio y el diseño original de Dios para la humanidad.
Cuando omitimos “del reino,” corremos el riesgo de reducir el mensaje de Jesús a conceptos fragmentados o limitados. Proclamar o vivir el evangelio sin la perspectiva del Reino puede llevarnos a enfocarnos únicamente en asuntos religiosos o personales, dejando de lado la misión de transformar la cultura y alinear nuestras acciones con los valores de Dios en todas las áreas de la vida.
Prestar atención al lenguage bíblico, nos protege de malinterpretar las cosas: el mensaje de Jesús, el propósito eterno de Dios y nuestra misión divina.