Intercesores de Acción

La intercesión no es solo un acto de oración, es también una respuesta activa al dolor, la necesidad y la crisis de otros. Nehemías entendió esto profundamente. Cuando escuchó sobre la condición de Jerusalén, no solo oró y ayunó, sino que se levantó para actuar. Su intercesión comenzó en el lugar secreto, pero culminó en una misión de restauración tangible. Nehemías no solo pidió que Dios interviniera, sino que se ofreció como la respuesta a esa oración.

La creatividad profética lleva la intercesión a un plano más alto porque no solo nos mueve a orar, sino que también nos revela estrategias divinas para actuar. Nehemías recibió de Dios la visión y el plan para reconstruir los muros, pero más allá de restaurar estructuras físicas, su trabajo restauró la identidad y la salud mental de los habitantes de Jerusalén, quienes habían vivido en vergüenza y desmoralización, pero al ver los muros levantarse, recuperaron su dignidad y esperanza.

Ser intercesores de acción implica más que clamar por cambio; significa estar dispuestos a ser parte de ese cambio.

La creatividad profética nos capacita para identificar necesidades, recibir soluciones del cielo y ejecutarlas en la tierra. Así como Nehemías organizó, lideró y defendió al pueblo mientras trabajaban, Dios nos llama a interceder haciendo, proveyendo respuestas concretas que restauren vidas, familias y comunidades.

¿Estamos dispuestos a ser la respuesta que otros necesitan? La intercesión verdadera comienza con la oración, pero culmina en la acción. Dios sigue buscando hombres y mujeres como Nehemías, dispuestos a levantar muros y restaurar corazones. La pregunta sigue en pie: ¿Responderemos con oración o también con nuestras manos?

Clara ya Está Sana

¿Te imaginas a alguien que, después de ser completamente curado de una enfermedad grave, sigue tomando los mismos medicamentos como si todavía estuviera enfermo? Esta es la historia de Clara, quien pasó años luchando contra una enfermedad debilitante. Después de recibir tratamientos intensivos y tomar medicamentos fuertes, un día recibió la gran noticia: ¡Estaba completamente curada!

En lugar de celebrar su nueva salud y vivir libremente, Clara siguió tomando las mismas pastillas, sometiéndose a chequeos médicos innecesarios y limitando su vida como si aún estuviera enferma. Cada día, sus amigos y familiares le decían:

—“Clara, ya estás sana. No necesitas seguir haciendo esto.”

Pero Clara no podía desprenderse de la vieja rutina que le había dado seguridad durante tanto tiempo. El miedo y la costumbre la mantenían esclavizada a un proceso que ya no tenía valor alguno.

Este es exactamente el dilema que enfrentan muchos creyentes hoy. Cristo nos ha liberado del peso de la Ley (Hebreos 8:13), cumpliendo todas sus demandas y estableciendo un Nuevo Pacto basado en la gracia. Sin embargo, muchos siguen mezclando gracia con obras, añadiendo rituales, ayunos obligatorios, primicias y prácticas del Antiguo Pacto que Cristo ya anuló.

El problema de este “evangelio híbrido” es que anula el poder de la cruz (Gálatas 5:4) y deja a las personas cansadas y sin frutos, aferrándose a un sistema que ya perdió su valor.

Clara Ya Está Sana, y Nosotros También

Al igual que Clara, que debía dejar de vivir como enferma, los creyentes debemos abandonar las prácticas obsoletas del Antiguo Pacto y vivir plenamente en la libertad de Cristo.

¿Por qué seguir tomando medicinas cuando ya hemos sido sanados?

Más allá de lo Natural

La historia de Ezequiel y el valle de huesos secos nos enseña una poderosa lección: lo que parece muerto a nuestros ojos, en la mente de Dios ya es un ejército victorioso. La creatividad profética es esa habilidad espiritual de ver más allá de lo natural, de alinear nuestra visión con la perspectiva divina. No se trata de imaginar o inventar, sino de conectar con lo que ya existe en el corazón de Dios.

Ezequiel no pronunció sus propias palabras, sino las que Dios le dio. Así, cada vez que declaramos la Palabra, no estamos creando algo nuevo, sino manifestando en la tierra lo que ya es una realidad en el cielo. Esta práctica activa lo sobrenatural y transforma nuestro entorno.

En tiempos difíciles, la creatividad profética nos llama no solo a resistir, sino a transformar. Al igual que Ezequiel, podemos declarar propósito sobre el caos, hablar paz en la tormenta y proclamar esperanza en medio del desánimo. Pero no basta con ver y declarar; también debemos actuar. Profetizar es colaborar con Dios para traer Su reino a la vida diaria.

Cada mañana, profetiza la Palabra de Dios sobre ti mismo. Permite que Su luz ilumine tu día, tal como lo dice 1 Pedro 1:19: “…estén atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.”

Arrogancia Oculta

La Biblia está llena de relatos que muestran lo que sucede cuando las personas confían en su propio entendimiento en lugar de buscar la dirección de Dios. Un ejemplo claro es el de Saúl, quien fue instruido por Dios a través del profeta Samuel para destruir completamente a los amalecitas como parte del cumplimiento de una promesa divina hecha a Moisés. Sin embargo, Saúl decidió actuar según su propio criterio, desobedeciendo la orden de Dios al preservar al rey Agag y lo mejor del ganado. Esta decisión no solo mostró su falta de confianza en la dirección divina, sino que tuvo consecuencias graves: perdió el favor de Dios y su reino fue rechazado (1 Samuel 15).

Este patrón se repite en muchas otras historias bíblicas. Desde Adán y Eva, quienes actuaron según su propio juicio al comer del fruto prohibido, hasta el rey Salomón, cuya sabiduría fue eclipsada por su corazón dividido al final de su vida. Estos ejemplos nos invitan a reflexionar: ¿cuánta atención le prestamos a Dios en nuestras decisiones diarias?

Es fácil confiar en nuestras propias habilidades o deseos, pero la verdadera sabiduría radica en buscar la guía de Dios en todo. Escuchar Su voz y obedecer Su dirección nos lleva a cumplir Su propósito y experimentar Su favor.

Detractores de tu Llamado

La historia de Nehemías nos enseña cómo enfrentarnos a la oposición cuando estamos llamados a cumplir un propósito mayor. Nehemías tenía una misión clara: reconstruir los muros de Jerusalén, una tarea crucial para restaurar la seguridad y dignidad de su pueblo. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que los detractores aparecieran. Personas como Sambalat y Tobías se burlaron de él, intentaron intimidarlo y desacreditar su trabajo. Pero Nehemías no se dejó detener por las críticas ni los intentos de desanimarlo.

En lugar de responder con enojo o distracción, Nehemías oró, planificó y siguió trabajando. Su enfoque estaba en la misión que Dios le había dado, no en las palabras de quienes intentaban detenerlo. Incluso cuando sus enemigos intentaron tenderle trampas, él discernió sus intenciones y se negó a apartarse de su tarea. Su respuesta fue clara: “Estoy haciendo una gran obra y no puedo ir” (Nehemías 6:3).

El ejemplo de Nehemías nos enseña que cuando enfrentamos oposición, debemos mantener nuestra mirada en el propósito divino. Las críticas y ataques son inevitables, pero no tienen poder para detenernos si recordamos quién nos ha llamado. Perseverar con fe y enfoque nos lleva a cumplir aquello que Dios nos encomendó.

Miembro del Concilio Asesor en STEM del Children’s Science Center

Fairfax, VA. Obed Díaz Rodríguez, ha sido oficialmente aceptado como miembro del Concilio Asesor de STEM del Children’s Science Center, una institución dedicada a fomentar la educación en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) entre los niños y jóvenes del norte de Virginia. Este nombramiento marca un paso significativo en la carrera profesional y ministerial de Obed, quien ha dedicado años a trabajar por el desarrollo socioeconómico y educativo de la comunidad hispana en la región.

Obed Díaz, quien también se desempeña como Director de la NOVA Hispanic Chamber of Commerce, ha estado colaborando con iniciativas durante más de seis años para promover el crecimiento económico y el avance de las comunidades hispanas en Virginia. Su labor, tanto en el ámbito empresarial como en el educativo, se ha centrado en crear oportunidades que transformen la calidad de vida de las familias, especialmente las más vulnerables.

“Unirme al Concilio Asesor del Children’s Science Center es una gran oportunidad para continuar promoviendo la importancia de la educación STEM, particularmente entre los niños hispanos, quienes representan un potencial inmenso para el futuro de nuestra región. Esto me brinda la oportunidad de contribuir al empoderamiento de las próximas generaciones y construir comunidades más fuertes y resilientes,” expresó Obed.

Este nuevo rol le permitirá a Obed colaborar con líderes y expertos en educación, desarrollando soluciones innovadoras para hacer que el aprendizaje STEM sea accesible y atractivo para todos los niños, independientemente de su origen socioeconómico. El enfoque especial en la comunidad hispana complementa su visión de eliminar barreras educativas y brindar herramientas que preparen a los niños para el futuro.

El trabajo de Obed con la NOVA Hispanic Chamber of Commerce también jugará un papel crucial en esta nueva etapa, ya que buscará unir esfuerzos entre el sector privado, organizaciones sin fines de lucro y la comunidad para maximizar el impacto en la educación y el desarrollo de los niños en la región.

Este logro reafirma la dedicación de Obed a su misión de extender valores, innovación y oportunidades a través de iniciativas que transformen la comunidad, y refuerza su compromiso de manifestar soluciones divinas para elevar el bienestar de las familias hispanas en el norte de Virginia.

Para obtener más información sobre las iniciativas del Children’s Science Center, visite.

https://www.childsci.org/about-us/stem-advisory-council

Cultura del Reino: Modelando el Futuro de Nuestras Comunidades

La cultura no es estática; está en constante evolución. Sin embargo, en muchas ocasiones, los cambios culturales se alejan de los valores que Dios desea para la humanidad. Como hijos de Dios, nuestra misión en el mundo es clara: transformar la cultura, no aislarnos de ella. Estamos llamados a ser embajadores del Reino, modelando un futuro donde los valores cristianos de justicia, equidad y amor prevalezcan.

La transformación cultural no sucede por accidente. Requiere intencionalidad y compromiso. A lo largo de la historia, hemos visto ejemplos de cómo los principios del Reino han moldeado comunidades. Daniel, en Babilonia, no solo vivió su fe en privado; también impactó las leyes y decisiones de su entorno, trayendo justicia y sabiduría divina a un imperio secular. Este es el tipo de influencia que debemos buscar hoy.

En países desarrollados, donde el impacto social puede amplificarse gracias a la tecnología y la innovación, los hijos de Dios tienen una oportunidad única para modelar la cultura del Reino. Esto incluye participar en sectores clave como la educación, los negocios, las artes y la política. No se trata solo de hablar de nuestra fe, sino de vivirla de manera práctica, creando soluciones que beneficien a todos.

La creatividad profética es esencial en este proceso. Nos permite visualizar lo que ya existe en la mente de Dios y traerlo a la realidad. Cada proyecto, cada iniciativa y cada acción guiada por el Reino puede transformar la manera en que las personas piensan, actúan y viven. Si queremos modelar un futuro mejor, necesitamos actuar ahora, siendo catalizadores de cambio en nuestras comunidades.

El Reino de Dios no es solo un mensaje; es una misión. Tú puedes ser parte de esa misión al comprometerte a vivir una vida que refleje Su amor y justicia, impactando las culturas y comunidades a tu alrededor. El futuro de nuestras ciudades está en nuestras manos. ¿Qué estás haciendo hoy para modelar la cultura del Reino?

La Economía del Reino en el Mundo Moderno

La economía del Reino de Dios no se trata de acumular riquezas, sino de administrar recursos con un propósito eterno. En un mundo donde el éxito a menudo se mide por cifras y posesiones, los valores cristianos nos llaman a una forma diferente de pensar. Somos mayordomos de los recursos que Dios nos da, llamados a usarlos para generar impacto social y transformar vidas.

Jesús enseñó que donde está nuestro tesoro, allí estará nuestro corazón. Esto nos desafía a reflexionar: ¿Estamos usando nuestros recursos para cumplir nuestra misión en el mundo? En países desarrollados, las oportunidades para influir son abundantes. La tecnología, la educación y los mercados abiertos nos ofrecen herramientas únicas para promover el bienestar colectivo. Pero con estas oportunidades viene una gran responsabilidad.

La creatividad profética juega un papel esencial aquí. Nos permite ver más allá de lo obvio y desarrollar proyectos que no solo generen ingresos, sino que también restauren la dignidad de las personas y transformen comunidades. Piensa en iniciativas como empresas sociales que ofrecen empleo digno a poblaciones vulnerables, o programas educativos que empoderan a las nuevas generaciones.

La economía del Reino nos invita a redefinir el éxito, no como una meta individualista, sino como un esfuerzo colectivo para reflejar el corazón de Dios en nuestras comunidades. Cada vez que usamos nuestros recursos para ayudar a los demás, estamos demostrando que el Reino de Dios está en acción. La pregunta no es cuánto podemos acumular, sino cuánto podemos transformar con lo que se nos ha dado.

El Llamado del Reino: Transformando Nuestras Ciudades con Propósito

Vivimos en un mundo lleno de desafíos sociales, económicos y culturales, pero también lleno de oportunidades. Como hijos de Dios, hemos sido llamados a ser luz en medio de la oscuridad y a manifestar Su Reino en cada aspecto de la sociedad. Este llamado no se limita a reuniones religiosas; es un mandato práctico que nos invita a transformar nuestras ciudades con propósito.

La transformación cultural comienza cuando entendemos que nuestro rol como embajadores del Reino es vivir los valores cristianos de justicia, amor y compasión en todo lo que hacemos. La Biblia nos enseña que somos “la sal de la tierra” y “la luz del mundo”, lo que implica que debemos marcar la diferencia, no adaptarnos al status quo. Así como José en Egipto usó su posición para salvar a una nación entera, nosotros podemos usar nuestras oportunidades para promover el cambio social y el bienestar común.

En países desarrollados, donde el acceso a recursos, tecnología y educación es mayor, nuestra responsabilidad también lo es. La economía del Reino nos llama a administrar sabiamente los recursos que Dios nos ha confiado, usándolos para impactar vidas y transformar comunidades. Esto puede incluir desde participar en iniciativas comunitarias hasta liderar proyectos que promuevan la equidad y la justicia.

Dios nos ha equipado con creatividad, una herramienta poderosa para manifestar soluciones divinas a problemas humanos a través de la creatividad profética. Cuando vivimos nuestra misión en el mundo con propósito, nuestras ciudades no solo mejoran; se convierten en reflejos del cielo en la tierra. Es tiempo de tomar acción, abrazar nuestra responsabilidad social y ser agentes de transformación dondequiera que estemos.

Obed Diaz Rodriguez