Tzadik

En hebreo, la palabra “Tzadik” (צדיק) significa “justo” o “recto”. Se usa para referirse a una persona que vive de acuerdo con los preceptos de la justicia, la rectitud y la moralidad. Un “tzadik” es alguien que actúa con integridad y piedad, cumpliendo las leyes y mandamientos religiosos de manera ejemplar, y en un contexto más amplio, también puede implicar un grado elevado de santidad y conexión espiritual con Dios.

Resulta interesante que tzadik también conlleva la idea de controlar y dominar el “yetzer hara” (יצר הרע), que es la inclinación o impulso hacia el mal o el lado animal del ser humano. Esta capacidad de autocontrol y de elevarse por encima de los impulsos básicos es una característica fundamental de un tzadik.

Cristo, el Tzadik supremo, es la encarnación de la justicia, la verdad y la rectitud. Su vida perfecta, sin pecado y completamente justa, cumple no solo con el ideal de un tzadik, sino que su sacrificio en la cruz es interpretado como el acto supremo de justicia, trayendo la redención, que es el restablecimiento de la relación perdida entre el ser humano y Dios debido a la caída en Edén. Su sacrificio no solo expía los pecados, sino que también proporciona un modelo de autocontrol y entrega total a la voluntad divina, características esenciales de la vida en el Reino.

Hoy, podemos vivir en una conciencia tzadik gracias a la victoria de Cristo sobre el yetzer hara, lo cual se refleja en una tendencia tenaz a manifestar el orden de la cultura del Reino donde quiera que estemos. Esta victoria nos permite vivir vidas de justicia y rectitud, alineadas con los principios del Reino de Dios, y nos capacita para influir positivamente en nuestro entorno, promoviendo la justicia, la paz y la moralidad en nuestras comunidades.

En práctica, esto significa que, como seguidores de Cristo, estamos llamados a:

  1. Vivir con Integridad y Justicia: Actuar con rectitud en nuestras decisiones y acciones diarias, siguiendo el ejemplo de Cristo.
  2. Dominar el Yetzer Hara: Ejercer autocontrol sobre nuestros impulsos y deseos negativos, permitiendo que el Espíritu Santo nos guíe en una vida de santidad.
  3. Ser Agentes del Reino: Manifestar los valores del Reino de Dios en nuestras relaciones, trabajos y comunidades, promoviendo un ambiente de justicia, paz y amor.
  4. Modelar el Sacrificio de Cristo: Emular la entrega y el servicio de Cristo en nuestras vidas, buscando el bienestar de los demás y mostrando compasión y misericordia.

Al vivir de esta manera, reflejamos el carácter de un tzadik y contribuimos a la expansión del Reino de Dios en la tierra, demostrando que la redención de Cristo no solo nos transforma individualmente, sino que también tiene el poder de transformar nuestras sociedades.

La Ley de la Renovación Perpetua

En los ecosistemas, los nutrientes como el carbono, el nitrógeno y el fósforo son reciclados continuamente. Las plantas absorben estos nutrientes del suelo, los animales los ingieren al comer plantas, y finalmente, los descomponedores, como bacterias y hongos, los descomponen en forma orgánica, devolviéndolos al suelo.

La renovación continua es un concepto recurrente en la vida cristiana, profundamente avalado por Dios y esencial para nuestro crecimiento en el conocimiento de El. El apóstol Pablo nos exhorta a “transformarnos por medio de la renovación de nuestro entendimiento” (Romanos 12:2), enfatizando la importancia de un cambio constante en nuestra manera de pensar y actuar conforme a la voluntad de Dios. Esta renovación no es un evento único, sino un proceso diario que refleja la misericordia de Dios, la cual se renueva cada mañana (Lamentaciones 3:22-23).

Dios, en su infinito amor y sabiduría, renovó su propósito con la humanidad al sustituir el pacto mosaico con el nuevo pacto a través de Jesucristo (Hebreos 8:6-13). Este nuevo pacto nos ofrece una relación directa y personal con Dios, basada en la gracia y la verdad reveladas en Cristo.

La renovación continua nos permite mantenernos alineados con el propósito divino de restaurar al mundo y extender su reino. Es un recordatorio de que, a pesar de nuestras fallas, siempre podemos volver a Dios, quien nos ofrece una nueva oportunidad cada día para crecer y madurar espiritualmente. Este proceso de renovación es fundamental para nuestra transformación y conformidad con la imagen de Cristo.

El Principio de Pedro

La pregunta que todos le hicieron a Pedro sobre cómo las señales reservadas para los judíos se manifestaran entre gentiles en la casa de Cornelio: ¿Cómo pudiste permitir semejante cosa? A lo que Pedro respondió muy seguro: ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?

En Hechos 10, la visión de Pedro y la experiencia de Cornelio rompen las barreras de la exclusividad religiosa, mostrando que Dios no hace acepción de personas. El principio de Pedro” es una lección esencial sobre la soberanía divina y la elección soberana de la que más tarde Pablo enseñó de manera contundente. Este principio desafía nuestra tendencia a limitar la manifestación de Dios a ciertos grupos o prácticas, recordándonos que Su gracia y revelación están disponibles para todos, independientemente de su origen étnico, cultural o religioso.

La visión de Pedro, donde se le dice que no llame impuro lo que Dios ha purificado, simboliza un cambio radical en la comprensión de la comunidad de fe. Este evento subraya que la obra de Dios no está confinada a nuestras expectativas o prejuicios humanos. El principio de Pedro reconoce que la acción divina trasciende nuestras divisiones, y nos llama a una mentalidad abierta a la diversidad de manifestación y revelaciones de Dios.

En un mundo con profundas divisiones, el principio de Pedro nos desafía a revisar nuestras propias actitudes exclusivistas. Nos invita a ver la obra de Dios en lugares y personas inesperados, reafirmando que la soberanía y la gracia de Dios son universales y accesibles a todos los que buscan sinceramente.

Apresurado

Dos horas antes, es lo que recomiendan a la hora de viajar. Cuando llegas dos horas antes al aeropuerto, cuentas con tiempo suficiente para lidiar con cualquier imprevisto y no arriesgarte a perder tu vuelo. Porque los imprevistos ocurren todo el tiempo, sin que podamos evitarlos.

Es fácil identificar a quienes se le terminaron las dos horas. Primero, caminan a una velocidad distinta a la del resto, casi flotan. Segundo, su expresión facial habla de urgencia. Tercero, no se detienen por nada ni por nadie. Caminan híper enfocados en el camino y su destino, y no hablan con nadie a su paso. Andan apresurados.

Aunque a veces nos pareciera que Dios está apresurado con algo o con alguien, no es así. La verdad es que Dios tiene un plan que ejecuta desde la eternidad, y cuenta con todas las dos horas de anticipación del mundo, por eso puede detenerse en el camino con todos los que lo necesitan, sin miedo a llegar tarde o a perder su momento. O como mejor lo expresa el apóstol Pablo a los Gálatas: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley…”

En nuestra prisa, recordemos que Dios no se apresura. Su plan eterno se cumple con precisión divina. Podemos confiar en su tiempo perfecto, sabiendo que Él siempre llega en el momento justo, trayendo paz y lo necesario para nuestro viaje

No Cambies Revelación por Musa

La inspiración profética y la musa representan dos fuentes distintas de creatividad. La musa, un concepto de la mitología griega, es una personificación de las artes y la inspiración creativa, asociada con el impulso humano natural de crear. La creatividad que surge de la musa es una expresión de la habilidad y el ingenio humano, impulsada por emociones, experiencias y el entorno personal. Aunque puede resultar en obras de gran belleza y significado, sigue siendo una manifestación de la creatividad ordinaria, limitada a la perspectiva y las capacidades humanas.

En contraste, la inspiración profética se origina en la mente de Dios y es transmitida al individuo a través del Espíritu Santo. Este tipo de inspiración va más allá de las capacidades humanas, trayendo revelación y guía divina. La creatividad profética no solo produce arte y soluciones innovadoras, sino que también tiene el propósito de manifestar los planes y propósitos de Dios en la tierra. Es un canal a través del cual se comunican las verdades eternas y los designios del Reino de Dios, buscando transformar vidas y realidades según la voluntad divina.

Mientras la musa fomenta la autoexpresión y la creatividad personal, la inspiración profética conecta al cocreador con el Creador supremo, convirtiendo la obra en un acto de adoración y un vehículo para la manifestación divina. Que no te vendan musa por revelación.

El Milisegundo de Dios

La creatividad es una chispa. Una chispa promedio tiene una duración de un milisegundo, desde que se genera en su punto “C” hasta que finalmente llega al punto “D”.

Cuando pienso en David enfrentando a Goliat, pienso en dos momentos creativos cruciales para el: cuando decide que es mejor ir al arroyo por cinco piedras lisas porque se da cuenta de que no es un soldado y que no hay tiempo de aprender y practicar con una espada y una armadura, y cuando se encuentra en el valle frente al gigante guerrero. Dos momentos “chispa” que en mi opinión, fueron los más cruciales de su vida.

En el instante en que la mente de Dios se nos revela, se manifiesta lo profético, y como en una chispa, podemos ver nuestra ventana de oportunidad, retos. obstáculos y recibimos la inspiración necesaria para desarrollar cualquier estrategia divina. Este proceso de creatividad profética nos coloca en el punto exacto en el que Dios quiere manifestar y expandir su reino., y tal como lo hizo con David, nos catapulta hacia el cumplimiento de su propósito.

William Wilberforce, Florence Nightingale, Marin Luther King Jr, Ramon Emeterio Betances y muchos otros en nuestra historia moderna experimentaron lo que David experimentó, una encrucijada que cambiaría sus vidas gracias a la intervención divina. Cuando nuestro momento chispa llegue, espero que podamos abrazar lo profético y realizar nuestro acto.

Cinco Piedras Lisas

Siempre me he preguntado: ¿qué le pasó por la mente a David cuando escogió las cinco piedras de aquel arroyo? ¿Que plan descabellado maquinaba aquella mente joven? Un pastor de ovejas enfrentando a un guerrero gigante con cinco piedras, un palo y una onda no suena a un plan ganador, aún para quienes no sabemos nada de combate cuerpo a cuerpo, pero fue tal vez la mejor idea que se la había ocurrido a alguien en todo el valle.

Las ideas y estrategias divinas son así, simples, sencillas, poco estimadas, pero eficaces. Son locura, cómo les explicó Pablo a los Corintios en su primera carta. Siempre involucran riesgo, que a su vez se traduce en fe, que también se traduce en burla, crítica o preocupación para los espectadores. Dios opera desde su exclusiva omnisciencia y cuando inspira una estrategia, lo hace conociendo el problema, el proceso, el resultado y sus repercusiones.

Aquel día, se escribió la historia de la la piedra certera, del gigante confiado y el pastor arriesgado. Quien sabe cuantas historias se están escribiendo ahora mismo, solo espero que en cada una hayan cinco piedras de algún arroyo, escogidas por algún joven pastor. Quizás seas tú.

Ciudadanos del Reino de Dios

Cada país posee en su constitución una definición clara de la manera en que se espera sus ciudadanos vivan. En Mateo 5, Jesús comienza con las bienaventuranzas, que describen las características y bendiciones de aquellos que son ciudadanos del reino de Dios: los humildes, los que tienen hambre y sed de justicia, los pacificadores, entre otros. Luego, aborda temas como la ley moral, la ira, el adulterio, el juramento y el amor hacia los enemigos, presentando estándares éticos radicales que reflejan el corazón de Dios.

El Sermón del Monte no solo es un conjunto de reglas, sino una invitación a una vida transformada por el poder del reino de Dios. Jesús desafía a sus seguidores a vivir con integridad, humildad y amor genuino, mostrando cómo el reino de Dios se manifiesta en las relaciones humanas y en la conducta diaria. Este sermón es un llamado a la radicalidad del amor y la justicia divina, mostrando que la verdadera vida en el reino va más allá de las apariencias externas y busca la transformación del corazón humano según los valores del reino de Dios.

Fuimos salvados para manifestar la diferencia entre este mundo y el celestial; al que pertenecemos. El precio que costó nuestra salvación fue demasiado alto como para vivir en la irrelevancia.

Trazando la Imagen Divina: La Creatividad como Testimonio de Redención

La capacidad creativa es una característica fundamental de nuestra identidad como seres creados a imagen de Dios. Como el supremo Creador, nos ha dotado con esta habilidad para reflejar su creatividad en el mundo que nos rodea. Aunque esta capacidad ha sido afectada por el pecado y puede manifestarse de manera distorsionada, sigue siendo un aspecto esencial de nuestra naturaleza divina que fue restaurada mediante la redención en Cristo.

Cuando permitimos que nuestra creatividad sea dirigida por Dios y alineada con su voluntad, esta se convierte en un testimonio poderoso de nuestra relación con Él y de su obra en nosotros. La creatividad, cuando es divinamente inspirada, puede transformar vidas y transmitir verdades espirituales de manera impactante. Este tipo de creatividad trasciende las simples obras humanas y busca glorificar a Dios y revelar su amor y su verdad al mundo.

Al alinearnos con Dios en nuestro proceso creativo, abrimos espacio para que su inspiración divina fluya a través de nosotros, infundiendo nuestra creatividad con propósito y significado eterno. Esta colaboración con Dios nos invita a ser co-creadores en su plan de restauración para el mundo, manifestando su amor y su luz a través de nuestras obras creativas como testimonio de su obra redentora.

Elevando la Creatividad

La creatividad ordinaria representa la capacidad innata de todos los seres humanos para imaginar y crear, aplicada en diversas áreas de la vida cotidiana. Sin embargo, esta expresión creativa comúnmente está motivada por impulsos terrenales como el egoísmo o el deseo de reconocimiento personal, lo que limita su impacto a nivel espiritual y trascendente.

En contraste, la creatividad profética surge de una conexión íntima con Dios, guiada por su Espíritu. Esta forma de creatividad va más allá de las motivaciones egoístas y busca reflejar la verdad y los principios divinos en cada obra creada. La creatividad profética no está limitada por las restricciones terrenales; más bien, busca transformar el mundo con propósitos divinos, glorificando a Dios y revelando su verdad de manera tangible.

La diferencia crucial radica en la fuente y el propósito de la creatividad: lo ordinario se origina en lo humano, mientras que lo profético emana de la inspiración divina. La creatividad profética tiene el potencial de impactar profundamente en un nivel espiritual, llevando luz y transformación a través de la manifestación de la verdad divina en la creación.

Obed Diaz Rodriguez