Manifestando el Reino Desde el Don Profético

La revelación divina es la raíz del don profético que capacita a los creyentes para manifestar el reino de Dios en la tierra. En 1 Corintios 14:1, Pablo nos insta a buscar el don de profecía para edificación, exhortación y consolación. Este don nos conecta con la mente y el corazón de Dios, permitiéndonos recibir y comunicar sus verdades y propósito.

Cuando recibimos la revelación divina, nos convertimos instrumentos para manifestar el reino de Dios en nuestras esferas de influencia. La profecía edifica a la iglesia (1 Corintios 14:4), ilumina lo oculto (1 Corintios 14:25) y lleva consuelo y fortaleza a los creyentes. Esta revelación no sólo revela la voluntad de Dios, sino que también despierta y capacita a otros para participar en la obra de su reino.

El don profético es la invitación a explorar la mente de Dios para entender su propósito y ejecutar su estrategia en el mundo.

La Infusión Profética: Cómo la Creatividad se Convierte en una Herramienta de Dios

La creatividad se convierte en una herramienta de Dios para transmitir verdades espirituales, restauración y Esperanza cuando recibiendo la revelación o la iluminación de la mente de Dios, somos inspirados a traer el Cielo a la tierra. La oración de “El Padre Nuestro” fue una pista que Jesús dejó acerca del propósito de nuestra redención. “Venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad, en la tierra, como en el Cielo, demuestra que fuimos salvados para manifestar el cielo en la tierra.

Es común que limitemos la creatividad a la manifestación artística, pero entendiendo que la creatividad es la capacidad del ser humano de materializer aquello que primero creó en su mente, nos abrimos a muchas otras maneras de manifestar lo que primeramente fue intangible. Cuando creamos, lo hacemos doble; primero en nuestra mente y luego en el mundo físico.

La creatividad se convierte en un canal para la comunicación del corazón de Dios cuando recibimos la divina revelación de lo que Dios tiene en mente para nuestro mundo. Todo esto, dijo David, “me fue dado por escrito de la mano de Jehová, quien me hizo entender todas las obras del diseño de esta obra.” Como David, la historia está llena de personas que experimentaron una “infusion profética” que despertó en ellos ideas, sueños y estrategias que cambiaron al mundo, cada cual en su tiempo.

Es un llamado a la creatividad guiada por Dios, que busca impactar al mundo con verdades espirituales y una visión del reino de Dios. Cuando la creatividad se convierte en una herramienta de Dios, nos convertimos en vehículos de manifestación poderosa de su presencia y propósito en la tierra.

Creatividad Profética: La Inspiración Divina para Transformar el Mundo

En 1897, el gobierno británico aprobó un proyecto de ley que ponía fin a la práctica del comercio de esclavos en Inglaterra. Luego de poco más de dos décadas, William Wilberforce, quien introdujera varios intentos legislativos para la causa abolicionista, veía concretarse un proyecto de vida. La pasión de Wilberforce por defender a los esclavos, respondía a un encuentro con Dios que transformó su cosmovisión y su manera de vivir. Al igual que otros tantos en la historia, la pasión despertada por Dios trajo consigo ideas y estrategias dirigidas a transformar la sociedad y la cultura con lo que llamo creatividad profética.

La creatividad profética es un concepto que implica recibir inspiración divina para transformar al mundo con propósito y significado. El apóstol Pablo lo resume sin equivocarse en Filipenses 2: 13 cuando explica que “Dios pone en nosotros tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad”.

La creatividad profética va más allá de la mera expresión artística o innovación técnica; es una manifestación del corazón y la mente de Dios en la tierra a través de nosotros. Este tipo de creatividad no solo revela verdades espirituales, sino que también desafía las estructuras corruptas y establece los estándares del reino de Dios. Como herederos del reino, somos llamados a participar en esta forma de creatividad profética en todo lo que hacemos, en especial fuera de nuestro marco religioso.

La inspiración divina capacita nuestra creatividad para ser un catalizador de cambio y restauración en un mundo necesitado. A través de la creatividad profética, podemos desafiar las normas culturales y sociales que perpetúan la injusticia y la opresión, ofreciendo visiones alternativas de un mundo restaurado bajo el reinado de Dios. Esta forma de creatividad es impulsada por el Espíritu Santo, que nos guía hacia la verdad y la esperanza.

Es una colaboración con lo divino que busca transformar corazones y sociedades. Al responder a la invitación de Dios para ser sus cocreadores en el mundo, abrazamos la creatividad profética como una herramienta poderosa para manifestar su reino y su voluntad en la tierra.

Cocreadores con Dios

Dios es el creador supremo. La Biblia, en un intento por describir su incalculable poder, narra cómo con su sola palabra creó el cosmos, incluyendo al ser humano, a quien creó a su imagen y semejanza, dando a entender que poseemos características divinas puestas por Dios mismo para un propósito divino.

Luego de la caída y restauración del hombre, Dios extiende una invitación a restaurar el mundo caído y devolverle la gloria con la que una vez fue creado. Una invitación a participar de la restauración del mundo utilizando la capacidad creativa que puso en nosotros.

La invitación divina a ser cocreadores con Dios se basa primeramente en nuestra identidad como hijos adoptados por Dios y coherederos de su reino, tal como lo expresa el apóstol pablo en Romanos 8:17, “Pues si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo”. Esta posición nos otorga la responsabilidad y el privilegio de participar activamente en la obra de reconciliación que Dios está llevando a cabo en el mundo. Al mismo tiempo, 2 Corintios 5:18-20 nos llama ministros de la reconciliación, comisionándonos a ejecutar las cosas que tienen que ver con reconciliar al mundo con el plan original.

Cuando entendemos nuestra posición como cocreadores, entendemos que nuestras habilidades creativas fueron dadas para ser utilizadas como herramientas para expresar el propósito de Dios de maneras significativas y transformadoras.

Como coherederos del reino de Dios, se nos encomienda la tarea de reflejar su gloria en todo lo que hacemos, incluyendo nuestras expresiones creativas. Nuestra colaboración con Dios en su obra de restauración no solo es un honor, sino también una responsabilidad sagrada que nos llama a vivir con propósito y significado en servicio a su reino.

Obed Diaz Rodriguez